En 1992 se montó la técnica de plastinación mediante silicona. Se disponía de un equipamiento básico situado en un rincón de la sala de disección. El equipamiento se incrementó año tras año, y en el año 2000 se construyó el actual laboratorio, que permite la aplicación de las técnicas de silicona y también las basadas en resinas epoxi o en poliéster.

La actividad del laboratorio es continua, produciéndose cada año una media de 400 piezas, que se utilizan en tareas docentes y de investigación. Algunas piezas se destinan al Museo Anatómico Veterinario para su exhibición, o bien se envían a otros anatomistas, tanto nacionales como internacionales, en atención a su solicitud mediante contrato. Uno de los periodos de mayor actividad en el laboratorio son las prácticas realizadas durante los cursos de plastinación que se celebran cada año.